Si a todos los objetos en nuestras vidas se les diera la misma atención al diseño que mi cepillo de dientes, nos sentaríamos en sillas que flotan mientras nos hacen cosquillas en nuestras espaldas adoloridas. Tendríamos mesas que ceden a nuestros codos mientras el resto de la superficie se mantiene...
Los seres humanos, que son prácticamente únicos por su capacidad de aprender de las experiencias de las demás personas, son también asombrosos por su aparente falta de inclinación a hacerlo.